In memoriam Pedro Morales Cuenca.


En la localidad conquense de Torrejoncillo del Rey, fue descubierta en el año 1955, por D. Pedro Morales, una cavidad revelada en sueños, como un lugar donde encontraría un singular tesoro escondido en un palacio de cristal.

Tres meses de intensos trabajos dieron como resultado el hallazgo de una cavidad subterránea que resultó ser una mina romana de lapis specularis, de la que no quedaba ni el recuerdo.

En la actualidad, gracias a la intervención de la asociación arqueológica: Cien mil pasos alrededor de Segóbriga y la diputación provincial de Cuenca, se ha convertido en lugar de obligada visita tanto por su interés histórico como cultural.

Si deseas saber más sobre esta historia, accede mediante este link

https://moraencantada.blogspot.com/2011/04/historia-de-un-sueno.html


sábado, 26 de marzo de 2011

LAPIS SPECULARIS EN ALMERIA


Villas, casas, templos, basílicas o termas, entre otras edificaciones del imperio romano, acristalaban sus ventanas con parte del yeso cristalino extraído de las minas de Sorbas, recientemente descubiertas por Andrés Pérez Pérez. El lapis specularis, mineral de yeso de peculiar y relevante propiedad de transparencia, se aprovechaba fundamentalmente para ser utilizado en aplicaciones arquitectónicas, entre cuyos usos el más demandado y prioritario sería el de su función como acristalamiento y cierre transparente de ventanales y vanos, empleándose así como cristal de ventanas.

Un artículo publicado en la revista National Geographic en el año 2006, fue el inicio del trabajo de investigación acerca de la minería romana del yeso en Sorbas efectuado por Andrés Pérez Pérez, Ingeniero Técnico Agrícola y Espeleólogo, quien desde años atrás "conocía el uso que los romanos daban a los cristales del yeso, utilizándolos como cierres de los ventanales de sus lujosas villas romanas". De otro lado, a Andrés Pérez le resultaba difícil admitir "que los romanos hubieran pasado de largo por este territorio sin explotar este mineral precioso, tan apreciado y cotizado en aquella época". El tesón, la perseverancia y la convicción de la existencia de las minas de Plinio en Sorbas, se aliaron con el brillo de espejuelo desparramado que trajo a la memoria de Andrés Pérez una cueva que conocía desde niño "y que jamás había pensado que escondiera una mina romana. Una vez dentro de la cueva empecé a reconocer en sus paredes las picadas de los mineros, en el techo y paredes aun quedaban restos de la veta de macrocristales que explotaban. También estaban allí los huecos donde acoplaban las lucernas y los apoyos de los troncos en los que se colocaban los tornos que elevaban los cristales hasta la superficie". El complemento a tales hallazgos fue el encuentro de un cristal cortado en cuyo lateral se dibujaba con perfección la marca del diente de sierra.

El descubrimiento de Andrés Pérez tuvo lugar el pasado año de 2009, sin embargo, debido a razones obvias de protección, no ha visto la luz hasta fechas muy recientes. Este importantísimo hallazgo sitúa a Sorbas, a Almería, en el plano fundamental de las explotaciones mineras romanas de lapis specularis de los siglos I y II que, junto a la Hispania de entonces, se extendía por Italia, Sicilia, África, Chipre y Capadocia. De todas ellas, tal y como describen las propias fuentes escritas, las minas hispanas serían las más reputadas en cuanto a calidad y cantidad.

La trascendencia del descubrimiento de las minas romanas puede llevar, incluso, a cambiar la historia de Sorbas dado su alcance mundial. Los arqueólogos especialistas en arqueominería y directores científicos del proyecto de investigación, "Cien mil pasos alrededor de Segóbriga", antigua ciudad romana en la provincia de Cuenca y hasta ahora el mayor y más importante distrito minero de lapis specularis del Imperio Romano en la Hispania Citerior, María José Bernárdez y Juan Carlos Guisado, junto con Javier Crespo, confirmaron definitivamente que los indicios descubiertos en Sorbas se correspondían con explotaciones mineras de yeso cristalino con la misma adscripción cronológica y cultural que las conquenses.

A partir del descubrimiento de Andrés Pérez se abren otras nuevas vías de investigación porque, pese a lo ya explorado, aún es pronto para concluir y hacer una valoración definitiva de la verdadera importancia y la dimensión real de los hallazgos y de los bienes culturales relacionados con la minería de lapis specularis, máxime cuando su investigación en la zona prácticamente acaba de comenzar. No obstante, a medida que avancen las investigaciones, explica Andrés Pérez, "Almería tendrá en su provincia los yacimientos de lapis specularis más importantes del Imperio Romano tras los de

Segóbriga". Aquí conviene recordar que las explotaciones mineras romanas precisaban de una red de calzadas que posibilitara el transporte y la comercialización del mineral, así como de otras infraestructuras logísticas que necesariamente, aparte de imprescindibles, están asociadas a la industria minera. Andrés Pérez señala "que habrá que definir cuáles eran las vías de salida del mineral, probablemente el antiguo camino de Vera a Sorbas debió ser una antigua calzada romana, por la que el mineral sería conducido hasta la costa para su embarque y exportación hasta Roma. ¿Dónde estaría situado ese puerto? ¿Qué fue de los poblados romanos? Apenas hay conocimiento de un poblado íbero- romano en la zona de Cariatiz y otro en El Quemadillo, cerca de la Huelga, y con toda probabilidad estos dos poblados y algunos más por descubrir darían refugio a buena parte de los mineros que explotaban este precioso mineral". El hallazgo de los minados romanos en el paraje natural de Yesos de Sorbas, constituye un importante aporte al conocimiento histórico del territorio y la apertura a todo tipo de estudios y trabajos tanto técnico como científicos, relacionados con el conocimiento de esta singular minería de época y con los bienes culturales asociados a su entramado arqueológico.

Al igual que ya sucede en la provincia de Cuenca con Segóbriga, arquetipo universal de las minas romanas de lapis specularis, la puesta en valor de las minas descubiertas por Andrés Pérez puede traducirse en una serie de actuaciones a través de las cuales la zona almeriense y concretamente Sorbas, a su vez puede gestionar de manera similar a la conquense su patrimonio histórico y cultural del lapis specularis como un bien merecedor tanto de proteger como de conocer. Si a este valor que son las minas, se le añade lo que para la región puede suponer en cuanto a oferta turística y de interés económico, nos encontramos ante una oportunidad única para el desarrollo de un paraje y una zona con enormes posibilidades de recuperación, crecimiento y desarrollo sostenible.

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